La Carta Anónima (Short Story)

Capítulo 1



Junio 21, 2013.


Hay cosas en la vida que uno nunca llega a creer posibles pero que llegan a suceder. Sentada en mi escritorio ya muy entrada la noche decidí que era hora de abrir el correo que había llegado esa mañana, estaba muy segura que había cartas de mi madre y de mi hermano, tal vez una que otra carta de mis clientes de la Floristería agradeciendo el buen servicio y los comentarios sobre lo “hermosos” que son nuestros ramos y arreglos, puede que también al final hubiera una que otra carta de la compañía de luz pero eso eran cosas que no me preocupaban con lo bien que iba la Floristería que era como mi trabajo de medio tiempo, como que soy abogada y eso me lleva más tiempo que el estar en la floristería es algo que me apasiona y estaba orgullosa de ser abogada y de tener mi propia floristería, tenía para pagar las cuentas y me sobraba para comprar cosas que me gustaran o simplemente comprarles regalos a mis sobrinos  los gemelos Brandon y Lucas, son unos pequeños pillos pero ¿qué puedo decir? soy la tía más feliz sobre la faz de la tierra.

Al sacar las cartas que temprano antes de irme a la Floristería había colocado en un cajón de mi escritorio me di cuenta que efectivamente, había una carta de mi madre donde decir que: “Deberías pensar en visitar a tu vieja” claro luego tendría que escribirle un testamento explicando por qué no puedo ir hasta California y que de seguro llegaría de pasada un día en el que la Floristería estuviera menos concurrida, lo que no pasaría hasta navidad cuando todos los habitantes de Seattle y sus alrededores pensaran en regalar un buen pavo o un jamón navideño en vez de un Arreglo floral, cosa que no me gustaba mucho ya que la Floristería tendría que cerrar para esas fechas lo que me dejaría solo trabajando para el Bufete de Abogados al que pertenezco, y no es por presumir pero es el mejor de todo Seattle, yo era una de las socias más jóvenes y de las mejores todos mis colegas me tenían respeto y mucho aprecio. Luego había otra carta pero esta era de la compañía de luz avisando sobre la próxima fecha de pago lo que no era un problema porque yo siempre pago por adelantado y hasta los momentos nunca me retraso con un pago y eso sería trágico. Leí detallada mente cada una de las cartas, aparte de la de mi mamá y la compañía de luz había otra de una de mis clientes fijas dándome las gracias por el ramo que le hice a sus abuelos quienes cumplían ya 50 años de casados, ya luego mañana le respondería y la dejaría en el buzón, eso era lo bueno de recibir el correo los viernes y tener los sábados libres para responder. Había una carta del seguro  de mi auto el cual decía que tenía que llevar el auto a una revisión, eso pasaba una vez cada dos meses para valorar el auto y así prevenir futuros daños, por eso amaba a esa aseguradora tenía mi auto siempre al día y podía estar tranquila al conducirlo por la atestada ciudad de Seattle.

Luego leí la carta que traía una bella postal de Tyson mi hermano mayor y padre de mis gemelos favoritos donde me contaba que había hecho un viaje al caribe junto a Stella su rubia esposa y los gemelos que allí se inventaron todo un viaje ellos solos por la costa perdiéndose de la vista de ellos y que les habían dado un gran susto lo que provoco el castigo de tres meses sin videojuegos, y eso había hecho que mi par favorito pasara según leí las más aburridas vacaciones de sus vidas y eso que solo tenían ocho años.

AL final luego de las risas provocadas por la carta de Tyson me encontré con un sobre en blanco, no traía remitente y mucho menos estampillas, solo había un sobre que en el reverso decía en letra cursiva: Amelia White, estaba sellada y se veía que solo lo habían dejado en mi buzón y ya. Algo en esa carta me asustaba pero me intrigaba, hace un tiempo me habían empezado a amenazar anónimamente por teléfono, cosa que no le había contado a mi familia para no alarmarlos pero hace un mes que junto a un amigo que trabaja para el gobierno y tiene contactos en la CIA me ayudo a encontrar al tipo que me amenazaba y le habían dado 35 años de cárcel sin opción a libertad condicional solo por el cargo de amenazar en tentar contra mi persona y eso me tenía más que alegre y relajada, pero el susto regreso con esa carta.
Me recline en mi silla de cuero estilo jefe de oficina y abrí el sobre de la carta anónima y vi una hoja blanca perfectamente doblada para que encajara bien en el sobre, la desdoble con miedo a lo que pudiera encontrarme y con curiosidad al mismo tiempo, pero nada me preparo para lo que leería a continuación:



“Esa noche te vi amada mía, esa noche te vi y creí que eras mía, esa noche mi alma te esperaba ansiosa solo para encontrar en tu lugar una bella rosa”


-Anónimo

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